domingo, 18 de enero de 2009

Gracias Iván Negueruela

Martes 13 de enero de 2009

Mas allá del texto escrito en “Murcia por una Mitra”, subyacen en la obra las causas sociales y políticas de la situación que Cartagena ha atravesado a lo largo de 7 siglos, y que demuestran que las peticiones de muchos cartageneros en el actual contexto social y territorial no son extemporáneas. Por supuesto que en la actualidad, el asunto de la ubicación del obispado de Cartagena, no reviste la relevante importancia social, económica y política que lo tuvo en siglos anteriores, en donde era decisivo para el desarrollo y la riqueza económica y patrimonial de la ciudad en donde se asentaba, y sobre todo para su devenir histórico; pero si es un elemento clave para entender las consecuencias históricas en esta región y la lucha social que en ella siempre han mantenido los cartageneros.

El libro ahonda en la raíz del asunto que la inmensa mayoría de los historiadores contemporáneos, ignoran, pasan de puntillas o en el peor de los casos reinterpretan para intentar justificar una historicidad sesgada al servicio del poder dominante establecido, y de la que muchos cartageneros recelábamos. Iván, aunque su objetivo haya sido meramente histórico, aclara la base del problema del desequilibrio territorial en esta región, que perdura hasta nuestros días.

Todos los cartageneros (y ojalá que también todos los murcianos) debemos agradecer a Iván sus aportaciones para desvelar la injusticia más grande de la historia de los episcopados españoles. Su trabajo avala con pruebas documentales y contundentes, y con argumentos incontestables, la justificación de nuestra reclamación contra la injusticia y la ilegalidad histórica que desde hace muchos siglos se viene cometiendo sistemáticamente con Cartagena.

La historia frecuentemente se ha escrito con las luchas de poder, con en el desequilibrio entre los territorios, con los privilegios para unos y en el agravio para los otros; personajes venerados en unas ciudades han sido los verdaderos artífices del hundimiento de otras. En la región tenemos ejemplos claros ello, -Magáz, Sancho IV, Floridablanca o Javier de Burgos-, personajes claves en el ostracismo Cartagena.

En un estado social y democrático de derecho como es hoy nuestro país, no cabe mantener falacias ni injusticias históricas, y el asunto del ilegal traslado del obispado de Cartagena a Murcia en 1291, y por ende, los privilegios, el patrimonio y el núcleo de todo el poder político y económico regional, refrendado en 1833, debe enmendarse. Ahora tiene la región una ocasión única para cerrar viejas heridas –y no tan viejas- para la reconciliación de sus territorios, para aplicar el equilibrio social que impera en la Constitución, y sobre todo, para hacer justicia histórica con una ciudad castigada paradójicamente por personajes que en la capital adoran.

La modificación del Estatuto de Autonomía le da al poder de Murcia la oportunidad de llevarlo a cabo, de corregir injusticias, de corroborar los argumentos económicos y representativos -de incuestionables beneficios económicos, sociales y políticos, refrendados por recientes estudios de prestigiosos profesores universitarios- que traería la biprovincialidad no solo para Cartagena sino también para toda la región. Cartagena, una vez más, tiende su mano a Murcia para que podamos caminar unidos, ¿Volverá Murcia a rechazarla como lleva haciendo 7 siglos?

Ignorar esta petición de los cartageneros del siglo XXI, supondría un error político de enorme magnitud para la cohesión y el fututo regional, agudizaría los enfrentamientos y radicalizaría posturas, excluiría el sentimiento regional en muchas zonas, y sobre todo se mantendría, una vez mas, la ilegalidad histórica que se cometió con Cartagena. www.mccartagena.com

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