martes, 23 de junio de 2009

Una Cartagena poderosa, garantía de un futuro para todos los murcianos

16.06.09 -ENRIQUE AMAT VICEDO«Querer la provincialidad de Cartagena no significa ser antimurciano».(Luis Ruipérez. La Verdad, 7 de Junio)

Enrique y Marta: cuando estéis en edad de estudiar y aprender, junto con la de España, la historia de la Región de Murcia, espero que los libros de texto sean capaces de enseñaros una singularidad nuestra, de entre otras muchas, que en algunos momentos ha marcado el futuro y devenir de esta bendita tierra.Nuestra segunda ciudad, después de la capital, es Cartagena; su importancia ya la habréis aprendido pues esta ciudad fue un emporio en todos los sentidos durante diversas épocas de nuestra historia. Ha pasado por diversas vicisitudes, siendo hoy una ciudad emergente que ha recuperado una pujanza y vigor que, por diversas razones de las que quizás un día hablemos, perdió durante el final de los años ochenta.Para el desarrollo de nuestra Región es importante, por no decir fundamental, que Murcia y Cartagena, o Cartagena y Murcia, se miren una a la otra de frente, se reconozcan, se respeten y se complementen; es un eje territorial, visto desde todos los ángulos, por el que debe pasar el desarrollo regional, sin que, ya sabéis vosotros cuánto quiero a otras zonas de nuestra geografía, ello tenga que ir en detrimento de ningún territorio murciano sino más bien todo lo contrario: la colaboración mutua de ambas ciudades debe ser el motor geográfico de nuestro desarrollo regional. Vuestro abuelo así lo cree, así lo ha manifestado y siempre que ha tenido responsabilidades públicas ha intentado impulsar el conocimiento mutuo, desde las diferentes idiosincrasias e identidades que significan ambas.Lamentablemente ambas ciudades no siempre se han visto y actuado como cómplices, como dignas y leales colaboradoras, como necesarias por igual para un desarrollo fuerte de nuestra Región y quizás han estado en ocasiones, probablemente por ceguera de la clase política, demasiado de espaldas entre sí, lo que siempre ha ido en detrimento de todos los murcianos. Y ello ha creado en amplios sectores de la sociedad cartagenera un cierto regusto amargo por la incomprensión que a veces nuestros políticos capitalinos, y probablemente el cuerpo social, han demostrado hacia sus reivindicaciones y, especialmente, hacia el reconocimiento de su papel en este mosaico que es la Región, tan variopinto y plural, tan mestizo y diverso, que constituye uno de nuestros principales capitales. Si no el mayor.Veréis, hijos míos; de vez en cuando se levantan voces cartageneras, como la de un viejo amigo de vuestro abuelo al que aludo en la noticia que hoy gloso, que piden para Cartagena la provincialidad, dentro de nuestro marco regional y sin subvertir ningún orden constitucional ni ninguna regla del juego, aportando sus razones y argumentos. Y me temo que en las esferas murcianas esa petición, que está en el alma de casi todos los cartageneros, cae permanentemente en saco roto y pienso, y ojala me equivoque, que siempre habrá quien haga un comentario jocoso acerca de esa vieja reivindicación. Se equivocan, sean de donde sean, los que se toman eso a broma, y en lugar de ponerse en serio a estudiar el tema, a hablar con los cartageneros para estudiar su viabilidad, a mirarse de frente y a la cara para reconocerse y entre todos establecer una hoja de ruta de futuro común e integrador, se limitan a comentar: «ya están los de Cartagena con su película de siempre».Cartagena necesita sentirse comprendida y querida, desde su diferencia, por el resto de los murcianos y especialmente por la clase política regional. Quizás ya va siendo hora de no menospreciar el alma cartagenera y buscar fórmulas para su plena integración en el porvenir colectivo de nuestra Región; y ello no solamente es cuestión de inversiones, pues a veces, y ésta es una, el reconocimiento identitario, el que desde el mantenimiento de los perfiles propios busca lo que une a los pueblos, sacia mejor que nada la sed de futuro común que los cartageneros nos proponen.Ojala nuestros políticos se tomen en serio lo que Cartagena propone. Una Cartagena poderosa es garantía de futuro para todos los murcianos.Iré a la fiesta final de curso de vuestro colegio. Allí nos vemos.